NO ES UN ADIOS, ES
UN HASTA PRONTO
Hoy es
un día ESPECIAl, ÚNICO E IRREPETIBLE ¡Y MUY DIFÍCIL!
Recordaré
mientras viva a los niños y a las niñas: sus sonrisas, sus abrazos, sus ojos de
sorpresa y satisfacción en cada meta superada. Hicieron que llegara cada día
ilusionada y siempre algún aprendizaje me llevaba.
¡Cuánto
extrañaré la ausencia de sus miradas asombradas, a la hora de escuchar cuentos
y dejar volar su fantasía, con sus ideas brillantes y esas risas francas y
contagiosas que surgían en cada juego!.
Mi
deseo ha sido siempre que sean felices, que crezcan libres, con alegría y que
disfruten con cada cosa que hagan y con las decisiones que tomen.
Les
agradezco su generosidad, su frescura, su ingenuidad, su curiosidad sin
límites, sus preguntas y respuestas mágicas, con su enorme y desbordante
imaginación, que me han hecho sacar mi niña interior, que sigue soñando con un
mundo de colores.
Siempre
les agradeceré haber recibido, yo más de ellos que ellos de mí. Mi paso por
este colegio me ha hecho crecer como maestra y como persona.
Empecé
este viaje en el Luis Cernuda hace 25 años cargado de ilusiones, sueños,
trabajo y proyectos. Ha llegado ya el final. Hoy inicio otro camino, una nueva aventura, un nuevo
cuento y quiero daros las gracias a todos los que habéis estado conmigo
compartiendo y creyendo juntos en la increíble ilusión por educar a estos
niños.
Gracias a mis compañeros, padres y madres por haberme
acompañado hasta aquí, o por haberme dejado que os acompañara que es otra forma
de verlo, por haber creído que nuestros cuentos, los que hacemos entre todos,
valen la pena y que pueden compartirse y así se mejoran.
Como decía Gabriel Celaya
Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca...
Hay que medir, pensar, equilibrar...
y poner todo en marcha.
Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino...
un poco de pirata...
un poco de poeta...
y un kilo y medio de paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño,
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.
Soñar que, cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera enarbolada.
Gabriel Celaya
UN FUERTE ABRAZO Y….HASTA SIEMPRE.
Paqui Romero Falcón
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPaqui que bonitas palabras, muchas gracias por compartir tu sabiduría y paciencia con nuestros hijos, mucha suerte para este nuevo viaje que comienzas. Muchos besos
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
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